Hígado encebollado
«No, porque esta comida sirve para ponerse fuerte, para poder brincar, para ponerse bonita y grande, y tú me gustas mucho así, chiquita y chaparrita como tú eres.»
¡Corre, trenecito!
«Alena se percata de que está sola en un extenso campo, sentada en una vieja banca. A lo lejos se escucha un silbido y lo único que puede ver Alena en todo ese espacio es un largo riel por el que se acerca precipitadamente una locomotora.»
El gallo loco
Iniciamos una nueva sección dedicada a los cuentos para niños (y no tan niños). Para abrir boca, les dejamos el primer cuento que la Abuela Güera nos regaló.
El ganso y el conejo
«La mamá del conejito no le dejaba salir...»
Polvo cósmico
«Toma de su bolsa un pequeño y lindo paquetito, lo abre cuidadosamente y saca de ahí un poco de polvo cósmico.»
Soñando despierta: los sueños de Alena. Sueño 4. Cuento 20
Solo por ahora, confío en mí, escucho mi corazón que late muy fuerte. Solo por ahora no voy a pensar en que va a ser de mí en el futuro. Solo por ahora no voy a estar preocupada ni tendré miedo. Solo por ahora voy a sentirme en paz, y no estaré enojada.
La Salanina: los sueños de Alena. Sueño 3. Cuento 19
Hoy el pasillo azul se viste de gala con la presentación de una escultura que tiene pocos años de haber nacido. Los cocreadores caninos, Tocino Chester Von Bacon Ham I y su amada Pancceta, están orgullosos de su obra máxima, La Salanina…