MPS tipo VI (Maroteaux-Lamy)

¿Qué es la enfermedad de tipo VI?

La de tipo 6 (MPS 6) es una enfermedad de almacenamiento lisosómico con afectación sistémica progresiva, asociada a un déficit de arilsulfatasa B (ASB) que conduce a una acumulación de dermatán sulfato.

La prevalencia al nacimiento es de entre 1/43.261 y 1/1.505.160 nacimiento vivos y es también conocida como Maroteaux-Lamy.

Historia de la enfermedad

Signos y síntomas principales

El síndrome de Maroteaux-Lamy (MPS VI) ocasiona muchos síntomas que afectan distintos sistemas del cuerpo. Los síntomas de la MPS generalmente no son evidentes en el nacimiento, pero se manifiestan más tarde, a medida que los GAGs se acumulan. La velocidad con la que aparecen y empeoran los síntomas varía mucho de una persona a la otra.

Algunas personas afectadas tienen una forma de MPS VI de evolución rápida y pueden comenzar a mostrar síntomas tan temprano como entre los 6 y los 24 meses de edad y pueden morir antes de los 20 años. Otras tienen una forma de MPS VI de evolución más lenta y posiblemente no presenten síntomas importantes hasta mucho más tarde.

El síndrome de Maroteaux-Lamy (MPS VI) generalmente produce varios signos y síntomas que pueden hacer que un especialista sospeche que podría tratarse de MPS VI, y que solicite pruebas de laboratorio.

Esos signos y síntomas pueden incluir rasgos faciales toscos, infecciones de oído frecuentes y cambios en la estructura esquelética. Un niño o adolescente que recién comienza a mostrar signos de MPS VI puede tener sólo 1 ó 2 de estos síntomas y, al principio, pueden parecer muy leves.

Algunos de los síntomas que mencionamos a continuación, también se encuentran en otras mucopolisacaridosis y otros son más específicos de la MPS VI:

Aspecto físico: Los rasgos faciales se vuelven toscos, incluyendo nariz ancha, puente nasal plano, cuello corto y ojos inusualmente prominentes; pueden tener cabeza grande y abdomen abultado y baja estatura.

Boca: Las personas con el síndrome de Maroteaux-Lamy (MPS VI) generalmente tienen labios gruesos y lenguas largas. Los surcos de las encías son amplios.

Dientes: Sus dientes tienden a ser pequeños y a estar muy separados, con el esmalte dental mal formado. Los dientes nuevos que están saliendo generalmente no pueden romper las encías. Esto puede causar infecciones frecuentes en la boca.

Crecimiento: Cada persona con síndrome de Maroteaux-Lamy (MPS VI),  es distinta. Los bebés que tienen MPS VI generalmente comienzan a crecer a una velocidad normal, pero cerca de los 2 ó 3 años de vida, su crecimiento puede disminuir dramáticamente, e incluso detenerse por completo. Las personas que sufren MPS VI en su variedad mas grave, pueden alcanzar una estatura final de 90 a 140 centímetros, mientras que las que tienen la enfermedad de evolución más lenta alcanzan una estatura mayor pero son más pequeños de lo normal.
Problemas neurológicos, cerebro, sentidos y nervios: En la MPS VI la inteligencia se preserva. Sin embargo, las dificultades auditivas, los problemas de visión y el cansancio pueden interferir con el aprendizaje en el entorno escolar.

Con el tiempo, las personas afectadas por MPS VI pueden desarrollar hidrocefalia una complicación cerebral que puede ser bastante grave. En la hidrocefalia se acumula líquido en el cerebro, lo cual ejerce presión dentro de la cabeza. La hidrocefalia puede aparecer con distintas manifestaciones, entre ellas mareos, dolor de cabeza y cambios de comportamiento y puede causar daño permanente si no se la corrige.

Otra complicación grave de la MPS VI es la compresión de la médula espinal. Esto puede ocurrir debido al almacenamiento de GAGs en el tejido que rodea la médula, como resultado de los cambios óseos que ocurren a lo largo de la columna vertebral. La presión o compresión de la médula espinal puede causar debilidad o parálisis si no se la trata.

En el sistema nervioso periférico, las personas afectadas pueden presentar síndrome de túnel carpiano el cual ocurre cuando el almacenamiento de GAGs y los cambios en los huesos de la muñeca causan presión sobre el nervio que pasa por la muñeca. El síndrome de túnel carpiano no tratado, generalmente va acompañado de adormecimiento, dolor y pérdida de fuerzas de la mano.

Ojos: las personas con MPS VI frecuentemente desarrollan problemas de visión por opacidad en la córnea (95%), que ya puede iniciarse en el primer año de vida o por glaucoma (50%), daño en el nervio óptico (15%) o degeneración de la retina (poco frecuente) (fuente Asoc. Mps España)

La pérdida de audición es común debido a la repetición de infecciones de oído y cambios en los huesos del oido que se inicia alrededor de los nueve meses de edad por la acumulación de GAGs. La sordera es de transmisión y neurológica.

Respiración y sistema respiratorio: Son tres los rasgos clave de este padecimiento que conducen a los problemas en la función respiratoria y a otros problemas relacionados con oídos, nariz y garganta:

  • Las facciones toscas con el puente nasal plano y los canales respiratorios de la nariz estrechos.
  • Acumulación de dermatan sulfato en las anginas, adenoides y lengua y estrechamiento de la tráquea (la vía respiratoria que conecta los pulmones con la boca) que cambian la estructura de las vías respiratorias.
  • Producción excesiva de moco espeso.

Las personas con síndrome de Maroteaux-Lamy (MPS VI), a menudo tienen dificultad para respirar o presentan respiración ruidosa y ronquidos (se considera una enfermedad obstructiva de vías respiratorias por depósitos de GAGs).

Como resultado, las personas con MPS VI pueden desarrollar una afección denominada apnea del sueño, en la que la respiración se detiene y vuelve a comenzar varias veces cada noche. Esto hace que tengan períodos con bajo nivel de oxígeno y que duerman mal.

También son frecuentes las infecciones en garganta y pecho y en los senos nasales.

Pulmones: La mala circulación de aire debida a la obstrucción de las vías respiratorias altas y la constricción del tórax causada por la rigidez de las costillas, junto con secreciones excesivas de mucosidad, son todos factores que contribuyen a que disminuir la función de los pulmones y esto puede ser origen de complicaciones serias e incluso fatales.

: Los problemas cardiacos generalmente son el resultado de la acumulación de GAGs en el tejido del corazón. Esto, sumado a los efectos causados por los problemas en vías respiratorias y la falta de oxígeno crónica, puede originar cambios en la estructura del corazón y de los vasos sanguíneos.

Con el tiempo, el almacenamiento de GAGs puede causar que las personas con síndrome de Maroteaux-Lamy (MPS VI), desarrollen problemas cardíacos, incluso mal funcionamiento de las válvulas cardíacas (particularmente las válvulas mitral y aórtica), engrosamiento y endurecimiento de la pared del corazón y estrechamiento de vasos sanguíneos que toman oxígeno en los pulmones y suministran sangre al músculo cardíaco.

Estos problemas empeoran con la edad (aun en las personas con la forma leve de la enfermedad) y pueden conducir a insuficiencia cardíaca, una enfermedad en la que el corazón ya no puede bombear con la fuerza suficiente para llevar sangre y oxígeno al resto del cuerpo. Esta puede ser la causa más frecuente de muerte entre las personas afectadas con este síndrome.

Existen que ayudan a controlar los problemas cardiacos que ocurren en MPS.

Abdomen: El hígado y el bazo de las personas que tienen síndrome de Maroteaux-Lamy (MPS VI), se agrandan con el tiempo como resultado del almacenamiento de GAGs en estos órganos. Este agrandamiento del hígado se denomina hepatomegalia, y el agrandamiento del bazo se denomina esplenomegalia.

Si bien el agrandamiento del hígado y el bazo normalmente no afectan la función de estos órganos, puede hacer que el abdomen se abulte. El hígado puede agrandarse lo suficiente como para ejercer presión sobre el estómago y causar sensación de llenado, o sobre los pulmones y reducir la capacidad de la persona de llevar el aire hacia dentro y hacia afuera adecuadamente.

El síndrome de Maroteaux-Lamy (MPS VI) también causa debilidad en los músculos abdominales y por eso los bebés y los que padecen este síndrome desarrollan hernias inguinales (hernias en la ingle) y hernias umbilicales (hernias en el ombligo).

Problemas intestinales: Los individuos con síndrome de Maroteaux-Lamy sufren periódicamente de diarrea. La causa de esto no ha sido totalmente entendida. Se piensa que puede existir un defecto en el sistema nervioso autonómico, el sistema que controla las funciones fisiológicas que están más allá del control voluntario.

El problema podría desaparecer cuando el niño crezca, pero podría empeorar debido al uso de antibióticos prescritos para otros problemas. La diarrea episódica en algunos de los pacientes con MPS parece ser afectada por su dieta; la eliminación de algunos alimentos podría ayudar.

La constipación (o estreñimiento) puede llegar a ser un problema cuando el niño crezca y se vuelva más inactivo y los músculos se debiliten. Si un incremento de fibra en la dieta no ayuda o no es posible, el doctor podría prescribir laxantes.

Huesos y articulaciones: En el síndrome de Maroteaux- Lamy (MPS VI), las anomalías de los huesos, articulaciones, cambios faciales y retardo en el crecimiento, generalmente representan las manifestaciones más visibles de la enfermedad.
La causa de estos problemas es la acumulación de GAGs por lo que, conforme la enfermedad progresa, típicamente estos síntomas empeoran.

Las articulaciones se vuelven rígidas, especialmente las rodillas, la cadera y los codos, lo cual causa que las personas con MPS VI adopten una postura encorvada, con las rodillas flexionadas cuando están de pie.

La rigidez progresiva de las articulaciones (común en todas las formas de MPS VI), especialmente de las rodillas, la cadera y los codos, limita el movimiento e induce a que las personas con MPS VI adopten una postura encorvada con las rodillas flexionadas cuando están de pie. El movimiento limitado en brazos y hombros puede hacer que vestirse sea una tarea difícil. Más adelante, esta rigidez puede causar dolor, el cual puede ser aliviado mediante calor y medicinas para el dolor.

La MPS VI también produce cambios inusuales en la forma de distintos huesos que se pueden ver mediante radiografías y que colectivamente se denominan “disostosis múltiple”:

  • Las vértebras están deformadas en pico de loro,
  • las clavículas y las costillas están engrosadas.
  • Hay displasia en las caderas
  • Bloqueo de “rodillas”

Esto lleva a problemas neurológicos si los nervios de la médula y de diferentes partes del cuerpo, son aplastados por los huesos.
Cuando las vértebras están afectadas, la columna vertebral puede curvarse (gibas y/o escoliosis) o las vértebras pueden desalinearse y comprimir la médula espinal. Las costillas rígidas y con formas inusuales dificultan la entrada y salida del aire de los pulmones y contribuyen a la tendencia que tienen las personas con MPS VI a desarrollar infecciones respiratorias frecuentes.

Cuello: El cuello es corto y su movimiento es restringido. Los huesos que estabilizan la conexión entre la cabeza y el cuello pueden estar mal formados en las personas con MPS VI, dejando el cuello en una forma inestable.
Si existe dolor severo o dolor asociado con debilidad en las partes bajas de las piernas, el niño deberá tener estudios hechos sobre el cuello para evaluar el deslizamiento de las vertebras del cuello.

Manos: La forma de las manos es muy notable. Las manos son cortas y amplias con dedos hinchados. Los dedos se vuelven rígidos y eventualmente se curvan debido al limitado movimiento de las articulaciones. Las puntas de los dedos se pueden quedar dobladas permanentemente dando como resultado escasa destreza de las manos y los dedos.

Piernas y Pies: Muchas personas con MPS VI se paran y caminan con sus rodillas y caderas dobladas. Esto, combinado con un ligamento del talón de Aquiles corto, puede causar que caminen en los dedos de los pies. A veces sus rodillas chocan pero esto raramente necesita de un tratamiento.
Los pies son anchos y pueden ser rígidos con los dedos de los pies curvados hacia abajo como en las manos.

Piel: las personas con MPS VI tienden a tener piel gruesa y fuerte haciendo difícil sacarles sangre o introducir catéteres. Las manos sudorosas y frías son comunes y están posiblemente relacionadas al corazón, la circulación y a otros mecanismos que controlan y regulan la temperatura.

Tolerancia al ejercicio: Las personas con MPS VI pueden cansarse fácilmente y tener una tolerancia baja para la actividad física. Esto se debe a una variedad de razones, entre ellas problemas con el dolor y la rigidez en las articulaciones, problemas para respirar y problemas cardíacos.

Síntomas en la presentación leve

Debido a las mutaciones genéticas que permiten una pequeña cantidad de actividad enzimática, algunas personas afectadas muestran una enfermedad de evolución más lenta y posiblemente no presenten signos y síntomas hasta llegar a la adolescencia o a la edad adulta.

  • Menor displasia ósea y progresión más lenta.
  • Talla normal o casi normal.
  • Sin o con leve crecimiento del hígado (hepatomegalia).
  • Ausencia o mínimos rasgos toscos.
  • Inteligencia normal.
  • Síntomas oculares y cardiacos pueden aparecer en la adolescencia o bien estar ausentes.
  • Los niveles de GAGs en la orina son normales o están discretamente elevados.

¿Quién puede contraer la enfermedad de MPS tipo II?

Es un padecimiento tan raro que el riesgo para los portadores de casarse con otra persona que tenga este gen afectado siempre y cuando no se unan a familiares cercanos.

Los padres de niños con MPS VI no deben sentir que podrían haber sabido o hecho algo para prevenir esta enfermedad. Todos portamos algunos genes defectuosos y no tenemos ninguna manera de saberlo hasta que, al azar, ocurre una enfermedad.

Se recomienda consultar con un asesor en genética para ayudar a los padres a entender la herencia recesiva autosómica y la probabilidad de que se desarrolle MPS VI en embarazos futuros, así como la importancia de esta enfermedad para los hermanos no afectados.

Diagnóstico

Existe una tendencia a demorar el diagnóstico de las MPS. En una encuesta de familias con MPS I, se informó una demora promedio de 2.5 años desde el momento en que aparecieron síntomas por primera vez hasta el momento en que se sospechó que se trataba de esta enfermedad.

En el caso del síndrome de Maroteaux-Lamy (MPS VI), varios factores contribuyen a esta demora en el diagnóstico ya que los signos tempranos de la MPS VI pueden ser sutiles.

Los signos tempranos de la MPS VI de avance lento son particularmente difíciles de reconocer. Otro factor importante es la variabilidad de síntomas, es decir que no todas las personas que tienen MPS VI tienen exactamente los mismos síntomas. Además, algunos de los síntomas tempranos, como las infecciones de oídos frecuentes, son comunes en niños que no tienen MPS.

Otra razón muy importante de la demora en el diagnóstico puede ser la poca frecuencia de esta enfermedad. Los muy raramente o nunca ven a una persona con MPS y por eso es menos probable que sospechen que los síntomas sean causados por esta enfermedad.

Debido a que la MPS VI es una enfermedad progresiva, es importante diagnosticarla lo antes posible. Cuando la MPS VI se diagnostica temprano, la persona tiene una mayor probabilidad de recibir atención médica adecuada con la prontitud necesaria para evitar complicaciones prevenibles, como la pérdida de audición provocada por infecciones de oídos repetidas.

La clave del diagnóstico temprano es consultar a un médico que se especialice en trastornos por almacenamiento lisosómico y enfermedades de MPS. Éste es generalmente un especialista en genética o en enfermedades metabólicas.

La genética de MPS VI

Los trastornos hereditarios (o genéticos) son aquellos que se transmiten de padres a hijos por medio de los genes. Uno o ambos padres pueden ser portadores de un gen defectuoso (mutante) que puede causar una enfermedad. 

Excepto la MPS II, la enfermedad de y la enfermedad de Danon, todas las MPSs tienen un patrón de herencia autosómico recesivo.

Tratamiento

En mayo de 2005 se aprobó el tratamiento de reemplazo enzimático para las personas afectadas con el síndrome de Maroteaux-Lamy (MPS VI).

Para lograr un máximo beneficio, es importante hacer un diagnóstico lo más temprano posible. En la actualidad, este tratamiento requiere de inyecciones por vía intravenosa semanales o quincenales y de un día de estancia en el hospital. A largo plazo, esto puede afectar la permanencia en el tratamiento.

El enzima recombinante actúa principalmente sobre el corazón, pulmón e hígado. No resuelve los síntomas en algunas regiones del sistema nervioso central (SNC), la afectación ocular y de las articulaciones, debido a la barrera entre la sangre y los tejidos del cerebro y debido al pobre riego sanguíneo que tienen las articulaciones que impide que el enzima alcance eficazmente a estos órganos.

Los investigadores continúan estudiando diversas posibilidades de tratamiento como la terapia génica y el trasplante de médula y es muy probable que los pacientes tengan más opciones en el futuro.

Problemas que se han observado al tratamiento de reemplazo enzimático
  • Con el mismo defecto enzimático y con la misma mutación genética, la respuesta puede ser diferente al tratamiento.
  • Al administrar el enzima recombinante, unos mejoran más un órgano y otros mejoran otro diferente.
  • No llega a solucionar todas las anomalías presentes ni a detener completamente  la evolución de la enfermedad.

Hasta hoy, no existe ninguna cura para individuos afectados con síndrome de Maroteaux- Lamy (MPS VI), pero existen maneras de manejar los diferentes retos que tendrán para que mejoren su calidad de vida, lentifiquen el progreso de la enfermedad y prevengan el daño permanente a los tejidos.

La evaluación y el manejo de las personas con síndrome de Maroteaux- Lamy (MPS VI), debe ser llevada por un equipo multidisciplinario de médicos especialistas coordinados por un médico especializado en el cuidado de personas con problemas médicos complejos. El control regular y el tratamiento tempranopueden ayudar a evitar daños irreversibles como la ceguera, sordera o parálisis.

Fuente: http://infogen.org.mx/mps-vi-sindrome-de-maroteaux-lamy/#indice-16