Soñando despierta: los sueños de Alena. Sueño 5. Cuento 21
¡Estúpidos zapatos!
¡Estúpidos zapatos de mi mamá! ¡No son voladores! ¡No sirven! Estoy segura que se descompusieron por sacarlos de la caja. Me dijo que...
El guayabo
«- Porque en la compu salió una foto de unos señores que ayudan a las 'fermedades' raras (1). Y ellos me dijeron. - Alena saca ahora de su bolso una jeringa plástica y mientras se la aplica suavemente al tallo, le explica amorosamente al pequeño arbolito.»
Alena baila mi Lú
Alena sabe muy bien cómo bajarse de esa silla, tan solo escurrirse poco a poco por debajo hasta tocar el piso con la punta de los dedos y ya está… ¡libre!
Don Martillo Pegador: los sueños de Alena. Sueño 2. Cuento 18
«Todos los clavos están espantados. Nunca nadie había visto a Don Martillo tan enojado. Poco a poco se van escondiendo, huyendo hasta desaparecer por completo.»
Los Nocturnos
Los Nocturnos tenían dientes grandes que mordían muy fuerte, pero la niña tenía ese polvo mágico que servía para ganarles a esos feos Nocturnos.
El ganso y el conejo
«La mamá del conejito no le dejaba salir...»
La visita de babushka
- Sí, todos tenemos un esqueleto adentro de nosotros, pero el de esta muñequita es muy delicado. Puede romperse fácilmente. Cada vez que lo guardes, hazlo con mucho cariño - le indica Kyra a Alena mientras con toda paciencia vuelve a guardar la calaca dentro de la muñeca y sube el cierre.